martes, 1 de diciembre de 2015

Del Cabo Negro a la Playa de Portezuelos: Extraño paisaje

En Asturias, "paraíso natural", aun quedan zarpazos de una época que por desgracia, todavía da sus últimos coletazos.





















Siempre quise conocer este tramo de costa, agazapado tras el Cabo Negro, que se esconde entre la playa de Xagón y el Molín del Puerto, en Gozón.

Y es que siempre me llamó la atención esa gran playa negra a la que llega una ancha pista con huellas de enormes rodadas, desde el cielo se ve perfectamente lo extraña que es, desde el acantilado se ve todavía más llamativa, y distinta a casi todo lo demás visto en la costa asturiana.







Tras un poco de investigación, vemos la razón de una arena tan extraña, llena de fragmentos de arena negra, escorias metálicas y carbón: una mezcla de lo que trae el río Nalón y depositan las mareas (carbón), el embate de las olas sobre los acantilados de oscuras caliza y pizarras (arena negra), y finalmente, décadas de tirar los residuos de la antigua ENSIDESA directamente al mar, gracias a un complejo sistema apodado "El teleférico", y del que todavía quedan ruinas.















El resultado es un poco postapocalíptico, llama la atención, y si uno se olvidase por un momento de la génesis de este paisaje, casi se podría decir que es interesante.











Lo que queda es un depósito de decenas de metros de altura de arena que se aprovechó posteriormente para depósito de áridos, desconozco en la actualidad, pero hasta hace poco bajaban camiones y palas a por esta arena, talmente parece una cantera a la orilla del mar.

Afortunadamente, se está formando otra no menos extraña duna "natural" en el fondo de la playa, que se está colonizando de plantas dunares, como este retoño de berza silvestre (Brassica oleracea sylvestris). Me gustaría volver dentro de 50 años y ver si nuestra sensibilidad ambiental ha cambiado y esta playa tan maltratada pone su otra mejilla y se convierte de nuevo en la hermosa playa que algún día debió ser antes de profanarla.







De vuelta al acantilado, respiramos un poco mejor: vemos extensos rodales de la misma planta, en estado óptimo, y el paisaje, en general, parece más natural.











Todo lo natural que puede ser esta rasa costera de Gozón, intervenida por el hombre desde hace milenios, y que conserva una belleza única y una naturaleza encantadora, a pesar de que de un vistazo se advierte lo mucho que podrían mejorar las cosas con un poco más de mimo por el territorio.

De vuelta al punto de partida, volvemos la vista atrás, al Cabu Peñes, siempre presente, y al mar, que como en la canción, no cesa.











Varios kilómetros entre acantilados de vértigo...














...hasta llegar a nuestro destino, y antes de montar en el coche, la inmensidad de la playa de Xagón, igual pero diferente a la que acabamos de visitar. Yo también vi de crío a los camiones llevarse la arena de la playa de Xagón, se recuperó de milagro, para convertirse en un arenal de referencia del turismo asturiano...pero de nuevo hay que echar un vistazo más atento, bajar a la arena, y ver que los vertidos de la cercana ría de Avilés están llenando de cantos rodados y de suciedad esta maravilla. No aprendemos del pasado, y el futuro ya está aquí, y se parece demasiado a una pesadilla.


2 comentarios:

  1. Yo conozco a la gente que sacaba (o saca) hierro de esa playa tan "rara". De todo lo que tiró el teleférico de ENSIDESA al mar, han estado décadas sacando hierro, haciendo algo parecido a una mina a cielo abierto. Lo cierto es que es impresionante la enorme cantidad de carbonilla y también como la playa se va moldeando y creando dunas.

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    1. Es la primera arena de mi colección con pepitas ¡de hierro y acero! En que mundo vivimos...

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