martes, 8 de septiembre de 2015

Bajo los acantilados de Cudillero: Playas deliciosas de Vivigo a Albuerne.

Me secundaron el buen amigo David y mi intrépido hijo en una aventura en la que aprovechamos la marea muy muy baja del 30 de agosto para tratar de empalmar playa tras playa entre Vivigo y la playa del Silencio. No se logró del todo, pero a punto estuvimos, mereció la pena por los paisajes, la mucha vida que encontramos, y sobre todo, por la compañía.







Unas playas realmente divinas, solitarias y practicamente desconocidas excepto para los vecinos pixuetos. Tanto es así que resulta difícil saber en qué playas estábamos, ya que la marea ampliaba mucho el territorio de unos arenales normalmente estrechos o incluso sumergidos la mayor parte del año. Por otra parte, ni en los mapas del IGN ni en la web oficial del Mma marcan correctamente las playas.
Yo me he basado para este resumen en el excelente libro "Guía total de las playas de Asturias", el cual recomiendo al 100%. Pocos libros son más útiles y más baratos que este, hay que comprarlo para conocer de verdad la gran variedad de playas de Asturias.

Empezamos nuestro recorrido bajando a la playa de Vallinas, o de la Vallina, por un camino que ya os describí en otra entrada, por motivos obvios es una de mis playas favoritas, encaja perfectamente con lo que espero de una playa deliciosa: enorme, vacía, limpia y salvaje, como podéis ver en esta foto de la playa de otro año.


En esta ocasión, la bruma le daba un aspecto todavía más onírico.
















Seguimos hasta el fondo de la playa, y cruzando sin peligro la punta Esquitón, nos plantamos en la cala del Carreiro y ya vemos al fondo la playa de los Negros, llamada así por los bajos.

Una inmensidad de bajos que merecían una exploración total, ya que seguramente albergaban muchos animales interesantes.














Ya sobrepasada la playa de Albuerne, que se ve al fondo, los peligrosos acantilados de la punta Rabillín nos frenaron en nuestro avance, porque para seguir hacia la playa de Saliencia, era preciso una trepada muy vertical, y preferimos no jugárnosla.


En compensación, encontramos multitud de moluscos interesantes, con ejemplares gigantescos, por ejemplo, de Calliostoma zizyphinum, acompañados de otros moluscos más modestos.








Como algunos ya sabéis, llevo unos meses inmerso en el tan desconocido como divertidísimo mundo de los moluscos, y aunque me cuesta horrores dado que partía de un desconocimiento absoluto del tema, me está gustando tanto que tengo un poco abandonadas otras aficiones, entre ellas este propio blog. Pero merece mucho la pena el esfuerzo, porque se ven muchas cosas nuevas y que antes pasaba por alto, como esta extensa y numerosísima colonia de Calliostoma zizyphinum que nos dejó con la boca abierta.




Volvimos por la playa de Albuerne, con ciertas dificultades para mantener los pies secos por los continuos resbalones en la zona de los Cochellones.

Aquí encontramos una buena colonia de Stramonita haemastoma, otra maravilla de molusco, lo bueno fue ver varios ejemplares vivos y de buen color, que espero sigan creciendo muchos años más.








Y todavía nos dio tiempo, al final de la excursión, de darnos un chapuzón de lo más estimulante en la playa de Vivigo. Poco más se puede pedir de una mañana de domingo.





2 comentarios:

  1. Guapísima entrada, Fénix, esa didáctica cartografía, fundamental. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué puedo decir? Viniendo de ti, el halago es doble, es una pena que no haya un listado aún completo de las playas asturianas, y hay que ir una por una observando el mapa, pero bueno, ¿qué te voy a contar que no sepas perfectamente, como pionera que fuiste? (Y maestra de algunos...)

      Eliminar

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.