jueves, 26 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (V): Viveiro: Gavión atlántico anillado.

Paramos a la ida en Viveiro, camino de Cariño, y la marea alta nos la jugó: ni un bicho en las playas.
A la vuelta, frenazo a la altura del puente: había cientos de gaviotas. Nos desplegamos rápidamente en plan comando, pero nada. Increíble, entre tantas gaviotas: no había anillas.
Pero después de un rato, apareció un joven gavión atlántico (Larus marinus) anillado. La única anilla de este viaje en principio proclive a encontrar muchas, y va a ser mi primer gavión anillado, ¡qué cosas!

La anilla, por ser de color negro, y empezar por J, se identificó enseguida como de Noruega, es un primer invierno, y era su primera lectura.
Era JU451.

martes, 24 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (IV): Ría de Ortigueira: Espátulas y nutrias.

Hicimos un par de paradas en la Ría de Ortigueira, sin saber muy bien dónde llegamos a parar, por el reclamo de las espátulas (Platalea leucorodia), que ya se veían desde la propia carretera que bordea la ría.




Desde los pequeños embarcaderos, un paisaje de lujo.











El suelo, lleno de excrementos de nutria (Lutra lutra), reflejaba la gran biodiversidad de este tramo de costa.












Y al frente, muy lejanos en esta amplísima ría, barras arenosas llenas de ostreros (Haematopus ostralegus), había más de un centenar.
También muchos zarapitos reales (Numenius arquata), chorlitos grises (Pluvialis squatarola), y demás limícolas. Pasaron 3 charranes patinegros.

No conocía esta ría, y me sorprendió. Prometimos volver y localizar puntos de acceso más cercanos a tanta maravilla.

domingo, 22 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (III): Cariño: Gaviotas de Bonaparte y cana, ostreros.

Llegar a Cariño es llegar a la meca del gavioteo en España, y no nos defraudó.















En este pueblo, rodeado de un paisaje espectacular, que parece de unas latitudes más altas, se localizan cada invierno un montón de gaviotas venidas de muy lejos, y rara vez decepciona.

En nuestro caso, veníamos buscando a la gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia), pero nos llevamos alguna propina más, por ejemplo, estos ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus).






Entretenidísmos, se recorrieron la playa de la Concha enterita mientras esperábamos a la Bonaparte.







Al final, la Bonaparte apareció, y allí nos fuimos.














Aunque llevo vistas 3 diferentes en menos de un año, no me canso de esta especie.











En comparación con las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) que la acompañaban, es una gaviota mucho más fina y delicada.










En vuelo, una belleza, la delicadeza se traducía en unos aleteos suaves que parecían no poder con el fuerte viento que soplaba.
Aquí se ven bien las patitas rosa claro características.







El pico negro y fino, distinto patrón de manchas oscuras en la cabeza...











De nuevo nada que ver con la reidora en vuelo.












Nos dejó observarla un buen rato.










A su lado, una también guapísima gaviota cana (Larus canus) adulta.











Nada que envidiar en cuanto a elegancia en vuelo, con un plumaje limpio que la databa como adulta.











Espectaculares los espejos blancos en las primarias.











Con estas bellezas sueltas por la playa nos fijamos menos en las demás gaviotas, varias decenas fueron entrando y saliendo, entre las que había muchas patiamarillas, menos sombrías, y al menos un ejemplar de argentea de 1º y otro de 3er invierno.



No faltó tampoco algún cormorán grande (Phalacrocorax carbo), utilizando las barcas como refugio del viento y la lluvia.











En las dunas, algún andarríos chico, bisbitas pratenses (Anthus pratensis)...












...y algún grupín grande de escribanos soteños (Emberiza cirlus).








jueves, 19 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (II): Piscifactoría y Playa de Lago: Gavión hiperbóreo y ostreros. (Pues no, era una groenlandesa).

Desde San Cibrao culebreamos por la costa al oeste hasta la famosa piscifactoría de lago, siempre atestada de gaviotas, pero en esta ocasión, estaba vacía, hasta que llegó esta señora...
















Y es que la decepción fue grande, ya que pretendía leer aquí alguna anilla y ver alguna gaviota chula, pero a la llegada solo algunos cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) andaban a la fácil pesca del muíl.





No fue hasta un poco más tarde que llegó el gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus) de 1er invierno, un ejemplar pequeñito.



(Corrección: ver los comentarios, menudo fallo).







La primera gaviota blanca del día, llegarían más, pero esta nos hizo mucha ilusión.












En ningún momento se posó, y esto nos complicó bastante las cosas.














Tanto a la hora de observarlo (hasta que no vi las fotos no me di cuenta de la edad real de esta gaviota)...













...como a la hora de fotografiarlo, con pasadas altas y muy rápidas.


Nos alegró totalmente encontrar a esta belleza.










Unos minutos antes, mientras llegaba alguna gaviota, nos habíamos acercado a la playa de Lago, su extremo Este, que forma un paisaje muy extraño e industrializado, pero lleno de aves.

Vimos un par de grupitos de ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus).








También veríamos muchos más después.









Aparte de alguna gaviota suelta, algún andarríos chico y vuelvepiedras (Arenaria interpres).







En aguas de la ensenada, algunos cormoranes grandes.












Y de buceadoras, que también se esperaba más abundancia, este puntín irreconocible es un zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), muy lejano.









lunes, 16 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (I): San Cibrao: Gaviotas esquimal y posible cáspica.

Pues sí, nos pasamos los amigos David, Roberto, Alejandro y el que suscribe el día de San Valentín estrujando las costas más norteñas de Galicia en busca de gaviotas guapas, ¡y vaya si las encontramos!














Empezamos en San Cibrao, donde ya conocía el potencial de la zona en el intermareal de la cola de la ría para atraer cientos de gaviotas. Funcionó a la perfección.



No pasaron ni 5 minutos cuando vi a una gaviota que había visto en muchos blogs amigos, y que me había estudiado la descripción al detalle, nada más verla se me puso el corazón a 200...










En cuanto abrió el ala y vi el intrincadísimo y muy particular patrón de primarias, ya la pude cantar entre la algarabía de los chavales: ¡Gaviota esquimal (Larus thayeri)!











La alegría era tremenda, era una especie soñada, y no nos defraudó, una gaviota bien distinta y preciosa.











Se fue volando hacia la contigua playa de los Tornos, y allí, en la rampa, ya la pudimos observar a corta distancia.









Nos pusimos las botas, ya que la teníamos bien cerca.













El número y cercanía de las gaviotas más comunes que veíamos alrededor, espectacular, pero siguiendo la posterior tónica del viaje, no hubo ni una anilla que leer...









Cuando se bajó a la arena, nos quedó en una posición perfecta, y entonces pudimos de verdad disfrutar de esta gaviota.












Además del patrón de primarias, destacar el pico amarillo limón no muy poderoso y con el gonis poco marcado, el rojo solo en mandíbula inferior.
El ojo oscuro, como manchado, pero no negro.
El gris del manto, un punto más claro que en las patiamarillas, la cabeza con estriado muy marcado y sobre todo una inconfundible bufanda a topos muy marcada.







Mención especial para el rosa casi violeta de las patas, que cantaba a gran distancia.














Una gaviota para acordarse de por vida, y con unas condiciones de observación casi idílicas.











Así de fácil nos lo puso...














Sin embargo, la primera gaviota interesante que canté no fue esta, ya que nada más llegar encontré un ejemplar que podría (podría) ser una gaviota cáspica adulta (Larus cachinnans). Por desgracia, las fotos son de iPhonescoping, y malas, por lo que debéis fiaros de lo que vi, las sensaciones al telescopio eran buenas, y tened en cuenta que es solo una posibilidad, no homologable.


Se trataba de una gaviota adulta muy potente, pechugona, con la cabeza proporcionalmente pequeña y ahusada, con forma de pera, ojo pequeño y oscuro, excéntrico respecto al eje de la cabeza. El pico, largo, relativamente fino, amarillo pajizo, con gonis casi inexistente y ramas paralelas. Las patas, color indefinibles, desde luego no amarillas vivas, aunque no muy largas. Y el patrón de primarias cuadraba. En el campo lo parecía, pena de no tener fotos mejores. Un dato llamativo era que era muy pendenciera con las otras gaviotas, aunque no reclamó y no me permitió ver si "hacía el albatros". Una gaviota en todo caso interesante.