viernes, 12 de septiembre de 2014

Por la Bahía de Cádiz (XI): Una escapadita a Gibraltar (I)

Un clásico de nuestros periplos por Cádiz es escaparnos una tarde a Gibraltar. preparamos una miniinvasión con familia y amigos, y no salieron defraudados aquellos que no conocían este lugar tan (no entraremos en terrenos políticos ni farragosidades patrióticas) pintoresco.

Una vez superada la frontera, que tiene su miga, el Peñón de Gibraltar nos domina por completo.











Este peñasquito está horadado mil veces por los británicos, que, fobias aparte, no tienen nada de tontos, y dominan un especio geoestratégico único con muy poco esfuerzo, aún a costa de llenar de instalaciones militares el hermoso Peñón.







Pasado el istmo que nos introduce sorprendentemente en la Main Street, asombro general de quienes no conocían este trocito de la idiosincrasia de Albion: todo recuerda a Inglaterra, a pesar de estar a escasos kilómetros de España.















El objetivo principal de los críos era ver los monos, de los que me ocuparé en la siguiente entrada, así que enseguida llegamos al teleférico que une la base de Gibraltar con la cima, una subida brusca y que impresiona.






Una vez en la cima, aunque ya son varias las veces que he visto este paisaje, uno nunca se cansa de ver la mezcla de encontrar una panorámica tan impresionante, con África, la enorme Bahía de Algeciras, la mayor parte de la costa SE de Cádiz y el propio Peñón, de un solo vistazo.

Es una pena que Gibraltar y La Línea de la Concepción estén separadas por una frontera, ya que han crecido simétricamente y forman una unidad de paisaje espectacular.

También es pena que se afee la panorámica de postal con tantos radares e instalaciones poco amistosas.

















Vertiginosamente debajo nuestro, las playas de Gibraltar, como esta de Sandy bay.










Una última mirada a África antes de reirnos un poco con los monetes, con el Monte Jebel Musa siempre dominando el anfiteatro de la costa Norte, entre Tánger al Oeste, y Ceuta al Este.


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