sábado, 15 de marzo de 2014

Más sobre Ardines (Ribadesella)

La zona de Ardines es nada más y nada menos que el techo de las cuevas de Tito Bustillo, y no me extraña que los hombres prehistóricos hayan escogido este enclave durante más de 15.000 años, desde 25.000 hasta 10.000 antes de nuestra era, ya que lo tienen todo: el mar de frente, como fuente de alimentación (en la foto destacan la Ermita de la Guía al fondo y el superatractivo Hotel Villa Rosario, una preciosa casona de Indianos)...













...el río Sella a un costado, que los aislaba de incursiones de extraños y les daba el agua, y un ecosistema mareal riquísimo en fuentes de alimentación, que en la transición del solutrense al magdaleniense, cada vez se usa más, con nuevas tecnologías como arpones y anzuelos...












...y a la espalda, las agradables sierras del Mofrechu, con alturas bajas, pero lo suficientemente altas como para atraer en su época a mucha fauna cazable, teniendo en cuenta que en aquella época tan dilatada hubo períodos relativamente frescos y húmedos, en los que habría enormes bosques caducifolios, y otras épocas más frías, con praderas en los valles y hielo en las cumbres cercanas, cada época con su propia fauna.

Actualmente, en la zona hay una clara distribución de especies vegetales que nos indican una zona cálida, con matorral y árboles de tipo termófilo, como el laurel (Laurus nobilis)...







...la zarzaparrilla (Smilax aspera)...









...y sobre todo la encina cantábrica (Quercus ilex ilex), que busca terrenos costeros bien drenados por la roca caliza, con buenas temperaturas y sin heladas, y con un coeficiente de lluvia inferior a la media.







Encontramos buenos ejemplares todo el camino, es un árbol autóctono y realmente hermoso.














Lo que no era tan hermoso era la invasión de procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) proveniente de los pinos de plantación del área recreativa. En esta época las orugas salen de las famosas bolas de las ramas de los pinos y buscan el terreno donde enterrarse y esperar al verano para emerger como adultos. teniendo en cuenta las fuertes propiedades alérgicas de los pelos de estas orugas, anduvimos todo el camino advirtiendo a los niños que no se les ocurriese tocar ni molestar a estas orugas, no tienen buenas maneras y pueden proyectar sus pelos urticantes al aire.

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