sábado, 8 de febrero de 2014

Fenómenos ópticos: Peña Rueda al borde del mar.

Como ya os contaba en otra ocasión, en días de mucha visibilidad y mucho mucho viento, que barre la suciedad en el aire y lo hace transparente, es posible ver desde Gijón las montañas de la Cordillera Cantábrica.







Esto me permite recrearme en mi montaña favorita: Peña Rueda, una inmensa mole en el Macizo de Ubiña, y el más perfecto mirador sobre este tramo de la Cordillera Cantábrica.

Como saben mis amigos, una de mis locas fantasías inconfesables es poder transladar Peña Rueda a Gijón y disfrutar de sus más de 2.150 metros y 8 km2 de superficie e instaurar una república independiente en ella, en fin, me conformo con gozar de Peña Rueda cuando se puede observar en toda su grandeza, pegada mágicamente al mar por el poder condensador de la profundidad de campo que se obtiene al usar un teleobjetivo.
Ahora que no me veo físicamente capaz de volver a subirla, debido a mi sedentarismo forzado por mi responsabilidad para con la crianza familiar, el simple hecho de verla a simple vista y comprobar que el Cuchillar de Rueda sigue nevado un invierno más me resulta conmovedor.










No es fácil unir El Musel y Peña Rueda en un mapa, hay más de 60 kilómetros de distancia, pero el tamaño que aparentan estas montañas gigantescas hace que parezcan mucho más cercanas.





Pues nada, aquí os dejo esta maravilla "cercana".







6 comentarios:

  1. Cada pico con su nombre: mejor que mejor. Saludos

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  2. Sí señor, coincido contigo con la enorme atracción de peña Rueda y declararlo república independiente :-)
    Una puntualización lingüística: n´asturianu, Agüeria dícese "Güeria" y Fariñentu "Farinientu".
    Saludinesssssssssssssssssssss

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    1. Ayyyy, quién estuviese eternamente en el Vasu Rueda, viendo todo aquello abajo, y las estrellas arriba.

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  3. Cuando quieras subimos, como si tengo que puxar contigo al llombu :-)

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    1. Mi función de pater familias está atocinándome a marchas forzadas, y sería posíblemente letal para mí subir a montañas que antes me merendaba en un pispas, ley de vida, en un par de años espero desquitarme a lo bestia.

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