jueves, 9 de enero de 2014

Los comedores de alisos (y II): Lúganos.

Los lúganos (Carduelis spinus) sí que son espectaculares cuando van en bandos grandes cosechando semillas de aliso (Alnus glutinosa), el problema es que este año solo he visto banditos de un máximo, cada uno, de 10 ejemplares, y así la cosa merma.












Les da igual cabeza abajo que cabeza arriba, cuando se ponen no paran, se chocan entre ellos y emiten un murmullo que en bandos de 100 ejemplares como los que se ven en el Parque Fluvial de Gijón en inviernos buenos, suena como un arrullo, que a 1ª hora de la mañana, y con una buena helada, es una sensación mágica.







Lo que no es tan mágico es que suelen establecer sus cuchipandas en lo alto del árbol, se cruzan muchas ramas delante de la cámara, y la sombra obliga a sobreexponer al máximo la foto, y la calidad de la toma se resiente, pero no tanto como se resienten las cervicales, tengo salido mareado como un mono sin darme apenas cuenta después de intentar seguirlos unos minutos, es realmente doloroso, pero...¿quién dijo que esto era fácil?

4 comentarios:

  1. Me da la impresión de que hasta ahora los estaba confundiendo y eso que fotografié uno, desde muy cerca, en el Botánico de Gijón. Gracias.

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    1. Hembras y jóvenes se parecen bastante a las hembras de verdecillo y de pinzón vulgar, la mejor manera de identificarlos es por sus costumbres y su modo de alimentarse.

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  2. Inquietos y difíciles de fotografiar los amigos lúganos, pero preciosos. Este invierno me parecen muy escasos como bien dices Iván.

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    1. Sí, por el valle del Nalón, en Sobrescobio, donde son abundantísimos, estas navidades no pude ver ni uno.

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