jueves, 19 de diciembre de 2013

Colimbeando por el Arbeyal ( y II)

Seguimos: estuvimos más de ½ hora viendo como un charrán picaba (con gran éxito) a la caza de pececillos, chillando todo el tiempo, aunque después de procesar las fotos, creo que en realidad fueron 2 los ejemplares que se zambulleron delante nuestro.
En principio me pareció un solo ejemplar de charrán patinegro de 1er invierno (Thalasseus sandvicensis).










Ni que decir tiene que es un espectáculo el vuelo y posterior picado de este ave.










Pero, una vez en casa, dudé si no sería un charrancito de la misma edad el posible segundo ejemplar, sigo tras ver las fotos creyendo que es un solo patinegro por el tamaño, el problema es que las fotos del supuesto 2º ejemplar son una caca, la mejor es esta.

Si alguien me puede sacar de dudas, estupendo, mis conocimientos en charranes son rudimentarios.



Tenía una gran efectividad, y las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) aprovechaban y lo perseguían para pillar algo.














También llegaron volando, sucesivamente, con un típico vuelo rápido y directo, las 3 negronas comunes (Melanitta nigra) que entraron a la bahía desde alta mar.







 
Como siempre, se hace difícil ver machos adultos de esta especie en este lugar. 
El concepto de pato marino es difícil de explicar al público en general, ya que suele asociarse “pato” a lago o río, nunca a mar, y al verse estas patitas es más fácil de explicar.







Pues si juntamos todo lo fotografiado con las gaviotas cabecinegras y patiamarillas (Larus melanocephalus / michahellis), y con los muchos cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) que pescaban al lado mismo de la escollera de la playa, tenemos un conjunto bien guapo de aves marinas, las desfrutamos mucho, una mañana magnífica.

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