sábado, 4 de mayo de 2013

Deva: Agua y diosas

Aproveché la fiesta del trabajo para hacer una de las cosas que más me gustan: madrugar y estar solo por el mundo, y pocos sitios hay mejores que Deva, un lugar mágico, y que estos días, con la saturación general de agua que hay en Asturias, presenta su mejor imagen en décadas.
















El Güeyu Deva, en Gijón, es un lugar muy especial desde varios puntos de vista. Geológicamente, es, aunque suene a broma, uno de los puntos a nivel mundial en los que la hidrología causa más sorpresas, ya que en este punto surge, más bien resurge el arroyo Peñafrancia después de discurrir muchos kilómetros bajo tierra, y lo más interesante es que nadie sabe a ciencia cierta lo que hay ahí debajo, pero se insinúa que puede haber decenas de kilómetros de cuevas subterráneas.

La Fonte y el Llavaderu Deva siempre fueron un lugar espléndido para caminar, rodeados de fincas maravillosas, pero cuando el agua ruge a tu lado, para ti solo, es aún mejor.
Bueno, para mí solo, no. Compartí aquello con una paloma torcaz (Columbus palumbus) muy curiosa.





También con unos ánades azulones (Anas platyrynchos) que desafiaban a la corriente.










Y teniendo en cuenta las propiedades mágicas de este lugar, tomo como alma sintiente al carpe (Carpinus betulus), cuya presencia en Deva, que ya detecté en la infancia, siempre me fascinó. Aunque sé que es improbable, pues los ejemplares salvajes más cercanos están en el Pirineo Navarro, la presencia de este hermosísimo árbol aquí y allá en esta parroquia siempre me llamó la atención.




Como ya sabréis, Deva es un nombre que viene del lenguaje indo-ario, sin cambios desde entonces, y que significa Dios, más concretamente, en las primeras civilizaciones del Indo, ya se llamaban devas a los dioses que pululaban por la naturaleza, no siempre con influjo protector.
Y para los celtas, Deva era la diosa del agua...una mezcla que habla bien claro de lo hermoso de este topónimo.
Personalmente, creo profundamente en las potencialidades de ciertos lugares para propiciar la espiritualidad, y sin duda Deva tiene algo que no sabría definir, pero que se acerca mucho a un poder arcaico.

El agua todo lo puede, y mirando al mar, un poco más arriba de Deva, aluciné viendo uno de esos paisajes virtuales que duran minutos o como mucho días, pero que se te quedan en la memoria: tanta agua buscó en los acantilados de Quintueles una salida al mar y calculo que la catarata tendría sus buenos 50 metros de altura, me sentí privilegiado de poder observar este fenómeno de la naturaleza.









Aguas turbias de espuma y de fango, batiendo sin cesar. ¿Qué más se le puede pedir a una mañana de miércoles?














7 comentarios:

  1. Agua corriente... Un placer del que no todos saben disfrutar. Bonita entrada para empezar mi día.

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    1. A los que les falta el agua una imagen así debe hacerles llorar de emoción, aquí por desgracia no la valoramos en consecuencia.

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  2. Y abundante por lo que veo, no se desborda por los pelos...

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  3. Un sitio precioso que no conozco pero que me han entrado ganas de conocer. A ver si me paso un día de estos...

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  4. Precioso lugar Deva, que aún podemos disfrutar y ojalá siga así para siempre.
    Saludos.

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