jueves, 29 de noviembre de 2012

Charranes

Se vieron 3 especies de charranes: el ártico, solo pasó un ejemplar, al que intenté sacarle fotos, pero no me salió ni una decente, el patinegro, al que estaba muy lejos y ni lo intenté, y al que os traigo aquí, el charrán común (Sterna hirundo), medianamente abundante todo el trayecto, y que sí se dejó.












Creo que vimos ejemplares aún con plumaje de verano, algunos ya en el de invierno, y algunos 1os veranos, un poco de todo.


No era fácil sacarlos, vuelan rápido, son pequeños, y no se acercaron lo suficiente la mayoría de las veces.










Además, aunque pescaban el pescado que les tiraba Xuanín con total eficacia, había muchos depredadores cerca y creo que se cortaron bastante con tanto agobio.


Bueno, en la próxima entrada empiezo con las gaviotas.

martes, 27 de noviembre de 2012

Págalos pomarinos


A veces tanta saturación de aves te vuelve turulata y ya no sabes ni lo que viste. Durante la travesía, creí ver un solo ejemplar subadulto de págalo pomarino (Stercorarius pomarinus), pero viendo las fotos, me salen 2 subadultos y un juvenil, lo cual es extraño.







Por otra parte, en el barco creí ver un juvenil  de págalo parásito (Stercorarius arctica), pero luego no lo relocalicé en las fotos, lo que me indica que posiblemente haya un ejemplar bailando entre las 2 especies.










En principio, trato a los ejemplares que veis en esta entrada como págalos pomarinos todos, aunque si detectáis algún parásito, me avisáis, porque no lo tengo claro del todo.








Este págalo, de mediano tamaño y muy activo, nos acompañó todo el recorrido, afanando el pescado sobre todo de las gaviotas y pardelas más pequeñas.




Muy inteligente, volaba directo a su objetivo y no paraba de molestar por todas partes hasta que conseguía su premio.











Intentó por 2 veces posarse a descansar entre las gaviotas, pero está claro que éstas no estaban nada a gusto con el pomarino.



Creo que al tratarse de ejemplares subadultos, y en muda, no presentaban completamente desarrolladas las plumas falciformes tan características en forma de cucharón.









El ejemplar juvenil me parece que es pomarino, y no parásito, por la terminación cuadrada de la cola, que debería tener una pequeña cuña en el caso del págalo parásito, por el barrado tan intenso en el obispillo y en la parte de abajo de las alas, y por el aspecto ancho y cuadrangular de estas alas.








Pues nada, en todo caso, la datación de estos piratas marinos es complicada, y me lo tengo que aprender mejor, además es tan complicado verlos en detalle en migración que esa tarea la dejo a los especialistas, a los cuales me encomiendo para que me saquen de dudas en estas fotos.

(Ver comentario abajo de Jorge Valella que lo aclara todo).







Al que no vi, y estaba, fue al págalo rabero juvenil, que estuvo poco rato con nosotros, otra vez será.
Habrá que conformarse, no es poca cosa, con ver a esta preciosidad tan cerca nuestro.









Próxima entrada, muy chiquitina, sobre charranes.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Págalos grandes: adultos.

Esto ya es un acercarse bastante al límite de la evolución: un ave de tamaño bastante imponente, inteligente (se cree que los págalos tienen una función cerebral bastante compleja), adaptable, y con un equipo fisiológico que le permite sobrevivir en climas y situaciones horripilantes: una máquina.
Puede comer (se) casi (a) cualquier cosa, y con una eficacia terrorífica.

Por si fuera poco, vuela con vientos que mantendrían en tierra a casi cualquier ave, y se las arregla por igual en aguas del Ártico que en las del Brasil.

Cuando uno ve a estos viejos lobos de mar, con un aspecto (ver foto) que transmite vida dura, uno solo puede pensar la poquita cosa que somos sin nuestras invenciones, en comparación con estos bichos ultrarresistentes.












Se atreven con todo, incluso con aves el doble de grandes que ellos, como estos alcatraces atlánticos.











En el Gran Norte, con hambre, no dudan en atacar a garzas reales, a gaviotas sombrías, a liebres árticas y ay de quien se acerque a su nido, humano incluído, porque puede causar graves heridas con su pico.
¡Y es que menudo pico!

De cerca no se le ve tan pardo uniforme como desde la costa, siguen destacando sus manchas alares blancas, y lo que me llamó la atención fue lo pequeña que se ve su cabeza en relación al barrigón que parecen arrastrar.









Pero el sumum fue cuando apareció un ejemplar de morfo claro, casi un fantasma, que apareció de la nada, y aunque no se acercó demasiado al catamarán, nos divirtió con sus elaboradas técnicas para hacer soltar el pescado a sus víctimas.









Todo un pirata que podría contar historias que jamás creeríamos, tras toda una vida en alta mar.



Próxima entrada: págalos pomarinos, también piratas, pero muuuucho más elegantes.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Págalos grandes: Juveniles.

Fue un lujo poder tener durante el trayecto a 5 skúas o págalos grandes (Catharacta skua) alrededor nuestro.
Esta ave, que ya había visto desde los cabos asturianos, normalmente precedida (esa es la pista para localizarlos) por una gaviota o un charrán volando desquiciados, desde el catamarán aún impresiona mucho más.

Encontramos 2 clases de juveniles, estos primeros, a mi juicio, son de la variedad "brillante", y sí que lo eran, con un plumaje sorprendentemente rico en matices del color chocolate, y con el Sol parecían dorados.
Para ser un animal al que muchas veces se le tacha de algo así como monstruoso, estéticamente es una belleza.
A largas distancias, siempre me dio la impresión de volar bastante torpe y lento, pero metido en faena tenía un control extraordinario del vuelo y un dominio del viento perfecto.
Para desgracia de sus víctimas, como esta pardela capirotada.


Además de los matices del plumaje, comprobé el gran contraste y tamaño de las manchas alares blancas, que se ven desde lejos y caracterizan bien a estos págalos.
A diferencia de los adultos, aún presentan un pico relativamente débil, que irá creciendo hasta adquirir dimensiones peligrosas.
Además de estos ejemplares "lustrosos", había al menos uno que tenía el plumaje más apagado, menos llamativo.
Una suerte cruzarnos con tantos ejemplares, y tan cerca.
A las aves marinas las atrajimos con pescado...pero a los grandes skúas solo los atraes...con aves marinas...
La próxima entrada, los adultos. Va a dar miedo, lo garantizo. Si tenéis algún ave marina en casa, no les enseñéis las fotos...

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pardelas baleares

Las pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) aparecieron en esta salida marina, pero en número muy escaso.










Son más tímidas que sus congéneres, y entraron poco al macizo que preparó Xuanín, aunque sí que alguna entró.








Más pequeñas y regordetas, en relación a sus primas, y de un color indefinible entre el negro, el gris y el blanco, que forma un color "sucio" sin límites definidos entre dorso y vientre, suelo verlas desde la costa formando trenes, y desde el barco me parecieron muy simpáticas.






Busqué a sus primas, las pardelas pichonetas, que también son visibles en la costa asturiana a partir de agosto, pero sinceramente, el único ejemplar que, desde el barco, creí que lo era es este.










Como veis, y como vi yo, no estaba muy claro, por la sombra, si las plumas infracaudales eran blancas puras o grisáceas, y no hay un borde nítido que separe el negro y el blanco.

Además, las patas sobresalen (poco) por detrás de la cola, cosa que no debería suceder en una pichoneta.





Pero fue al elevar el ala cuando se desvaneció la posibilidad de que fuese pichoneta: tiene esas líneas axilares color chocolate que nunca tendría una pichoneta. Era otra balear.
Sí que creo que Jorge Valella vio alguna suelta, a mí, desde luego, se me escapó.

Próximas entradas: ¡Skuas!

martes, 20 de noviembre de 2012

Pardelas cenicientas

Aunque por su gran tamaño parecería lo contrario, las pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) que nos encontramos, que fueron varios centenares, eran difíciles de seguir y de fotografiar.









No es que fuesen esquivas, pero cruzaban delante del barco en diagonal, a gran velocidad, y era muy complicado cogerlas de cara.










A la hora de comer eran más discretas que sus primas, y no se lanzan tan cerca del barco ni tan alegremente.









Es un ave increíblemente bella, y para mi gusto, tiene un vuelo cautivador, que te hipnotiza mientras la sigues, surcando el mar sobre las olas.







Lástima no poder experimentar, aunque solo sea por un día en la vida, la sensación de ser pardela, cruzando océanos con la sola ayuda de la aerodinámica, el efecto de succión de las olas y un motor a base de peces y cefalópodos.








La sensación que tuve in situ es que había ejemplares tanto de la raza del Océano Atlántico (borealis), como esta...








...como ejemplares de la raza mediterránea (diomedea).











Los ejemplares de la raza mediterránea, como este, en teoría, porque aún está en discusión su taxonomía, tienen la parte inferior del ala muy blanca, con un estrecho cerco negro, y el pico con la cera amarillo más pálido que las borealis, y son de menor volumen corporal.

(Ver comentario más abajo de Jorge Valella).






Sea la raza que sea, es un ave extraordinariamente hermosa.

Próxima entrada (pequeñita): Pardelas baleares.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Pardelas sombrías


La pardela sombría (Puffinus griseus), por su mediano tamaño, y su color aparentemente uniforme, pasa bastante desapercibida en el mar, surcando las olas como un torpedo.










Más de cerca, pueden apreciarse sus formas, y un colorido algo más complejo de lo que parece, con la parte inferior de las alas, que no se ven de lejos, de color blanco.





Las vimos en menor número que las pardelas capirotadas, pero fueron igualmente varios centenares.









De vuelo rectilíneo y directo...











... a la hora de comer, mantenía una estrategia muy semejante a la de la pardela capirotada, con un vuelo interrumpido ante la visión de la pitanza…








…un aterrizaje bastante forzoso…










…mete medio cuerpo bajo el agua, manteniendo las alas desplegadas…











…y si hace falta bucear bajo el agua, a poca profundidad, pues se impulsa con las alas, y para abajo…








 
…¡a comer!













Si la dejan, porque no le resultaba nada fácil defender su comida sobre todo ante aves agresivas como esta gaviota, que la doblan en peso y mala leche.







Otra ave pelágica preciosa y fascinante.














Que además, hacía buenas migas con el resto de pardelas.


Próxima entrada: Pardelas cenicientas.