miércoles, 16 de mayo de 2012

Senderismo fácil: La Pereda y Lloredo: túneles y mucho más (I)

Después de haber recorrido de joven algunas de las rutas más salvajes y verticales de la alta montaña asturiana, la vida, el sedentarismo de mis amigos y el nacimiento de mi hijo me hicieron pasar a una rutas de media montaña mucho más sencillas.
Ahora mi pandilla está cargada de niños, y ciertos acontecimientos en mi propia casa hacen que busque rutas aún más llanas, cortas y sencillas, por las que pueda pasar un carrito de bebés y una jauría de críos sin peligro.

Este domingo salimos de La Pereda, en Mieres, a realizar una ruta que transcurre por la caja del antiguo tren minero que paraba en Lloredo y mucho más allá, pero que hoy en día llega hasta unos 4 kilómetros monte arriba.

Y no me decepcionó en absoluto. Mañana os pondré la fauna y flora que por allí nos encontramos, inesperádamente maravillosa, hoy os pongo algunos detalles del paisaje.

Esta ruta está llena de túneles, algunos oscuros como la boca de un lobo, tanto que teníamos que iluminarnos con el flash de mi cámara. Como a mí me encanta la oscuridad (curioso, porque de niño me aterraba), me apasionó caminar en completa pérdida de referencias visuales y sonoras. Toda una experiencia, y a mi hijo le encantó también. ¿Hay algo mejor que ver la luz a la salida de un túnel?












Pues sí que lo hay, vaya si lo hay...









Os pongo un mapa de lo que caminamos, unos 8 kilómetros preciosos, y como veis por los trazos que faltan, muchos de ellos, bajo tierra, toda una experiencia.

(En grande veréis la traza del GPS).








A golpe de flash fuimos quemando túneles.













A mitad de camino, el maravilloso pueblo de Lloreo, con un hórreo y un aula didáctica, en plena ladera, marcando dónde pasaba (increíblemente) el tren hasta hace relativamente poco.
Y con una vista preciosa (ver última foto).







Cerca de allí hicimos unos amiguinos.











Y fuimos dejando atrás la civilizada vida de los pueblos y del precioso paisaje (que sin saberlo) disfrutan sus habitantes.









Para encaminarnos al limbo: a la mezcla extraña y asonante que en buena parte de la geografía de las Cuencas Mineras asturianas forman un pasado lleno de gente y de heridas y un futuro de vacío humano y de naturaleza reclamando lo que siempre fue suyo.
Ojalá una cosa no excluyese a la otra, pero parece que hay que excluir al ser humano de la ecuación para que todo sea verdor y espíritu.





Cuando lo macro es horrible, siempre nos queda hacernos pequeños y refugiarnos en lo micro, yo lo hago casi a diario. Por ahora funciona y aplaca el dolor.









Pues nada, si disponéis de 3 horas para caminar dulcemente y sin peligros, no hay excusa: La Pereda, Mieres, no tiene pérdida, y si os cansáis, siempre podéis no acabar la ruta y quedaros, filosofando, a medio camino, en Lloreo. El paisaje da para pensar mucho, según miréis a izquierda, al medio, o a derecha...

La próxima entrada, las cosas vivas (muchas) y muertas (alguna) que vi.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. YO NO LA CONOCÍA, PERO ES UNA MARAVILLA, Y ADEMÁS NO CANSAS, JEJE

      Eliminar
  2. Esta la conozco bastante bien Ivan,es facilita pero muy muy bonita.
    La última foto es brutal.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no la conocía, es un paseíllo pero con mucho estilo, no desmerece de otros territorios más ásperos.

      Eliminar

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.