viernes, 25 de mayo de 2012

Limícolas migrantes en el Rinconín (IV): Correlimos tridáctilos


Pues seguimos la serie con los correlimos tridáctilos (Calidris alba).
Estos bichitos son todo un reto para el fotógrafo, ya que, aunque se dejan acercar muchísimo, tienen la mala costumbre de no parar un segundo, moviéndose al ritmo de la marea, por el borde del agua, y además cuando se juntan varios, aumentan la actividad a un ritmo frenético, así que hay tirarles a ráfaga, con el enfoque continuo, y a velocidades de obturación no siempre asequibles, así que les saqué unas (sí) 700 fotos, de las cuales las únicas de las que no avergonzarse son las que aparecen en esta entrada.









Lo 1º que llama la atención, como en casi todos los pasos de primavera, es lo dispar del plumaje: no hay uno igual al otro.







Podemos decir (en general), que ni presentan el plumaje inmaculado del invierno, ni el colorido y parcialmente rojo del verano, fluctuando entre estos 2 extremos.









Este ejemplar se parecería al plumaje aún no mudado del invierno.












Y a este otro le falta poco (pero le falta) para tener consolidado el plumaje nupcial.












En teoría, todos deberían llegar a sus zonas de reproducción ya mudados. En teoría para mí, porque nunca he tenido el gusto de verlos tan al Norte como se reproducen estas aves. Creo que no soy el único, porque crían no en el Norte, sino en el “Gran Norte”, en plena tundra ártica, más en Asia que en Europa.





Así que teniendo en cuenta que el invierno lo pasan mayoritariamente en zonas tropicales deberíamos reverenciar a esta ave tan resistente, tiene mérito el viajecito.










Pues nada, dejémoslos descansar mientras hacen escala en Asturias, necesitan recuperar fuerzas.









Nos vemos en otoño, tridáctilos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.