martes, 6 de marzo de 2012

Arrastrándome hasta Zeluán

No queráis saber lo que tardé ayer en arrastrar mi cuerpo, con una muleta, la maleta del telescopio, la mochila de la cámara y el trípode durante el trayecto de 50 metros desde el coche hasta el observatorio. Y hacerlo sin poner en peligro mi fracturita, que era lo más importante.
Da igual: llegué y lo disfruté como un niño pequeño.
No había en Zeluán ninguna maravilla, pero a mí todo me supo a gloria. Vamos allá:


Había bastantes limícolas. Los más grandotes, como siempre, los zarapitos reales (Numenius arquata).

Y como veis en la foto, la mayoría de los 30 y pico cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) que había, con el frac de gala puesto.







Había entre ellos un zarapito trinador (Numenius phaeopus), durmiendo, necesité ayuda para identificarlo, porque en esta postura tenía dudas de si era una aguja colipinta.




El que siempre está dispuesto a poner a 100 tu pulso fotográfico es el andarríos chico (Actitis hypoleucos), que no para un momento, no hay quien le saque una foto decente.









La sorpresa del día fue un ejemplar adulto, en plumaje no reproductor, de correlimos gordo (Calidris canutus), haciendo honor (está bien cebao), a su nombre.





Los pequeños vuelvepiedras (Arenaria interpres), relativamente abundantes, pasando entre las gaviotas, aliados con los más grandecitos chorlitos grises (Pluvialis squatarola).


De gaviotas, cosas interesantes. Lo más extraño, la falta de gaviotas reidoras (Larus ridibundus), había menos de 10, y suele haber cerca de mil. ¿Ánde andarán?














De gaviotas raras, más bien extrañas, pongo esta gaviota sombría (Larus fuscus), chiquitina, raquítica, con el pico alargado y estrecho, y un aspecto que a mí me recordó a un 1er invierno de gaviota de Audouin.





De las chiquitinas a las enormes: creo que no tendréis dificultad para localizar la cabezona del gavión atlántico (Larus marinus) adulto que se esconde en el batiburrillo de gaviotas sombrías, alguna de ellas con aspecto de la raza intermedius, y patiamarillas (Larus michahellis) de la foto.
¡Pedazo de animal!





Ya no es la cosa tan fácil cuando al telescopio ves un gavión atlántico inmaduro (izda) y relativamente pequeño, posiblemente una hembra, al lado de una gaviota patiamarilla (dcha) de la misma edad, seguramente mediterránea, y seguramente macho, casi del mismo tamaño.
Detalles como el pico muy bulboso del gavión, el volumen corporal, el ojo más pequeño, diferente forma de la cabeza...incluso detalles como la articulación del tarso, dan idea de la construcción diferente de estos 2 gigantones. Aún así, seguiré equivocándome.


De otros bichos, un par de somormujos lavancos (Podiceps cristatus), lejanos en la ría, este con unas golas preciosas.







De garcetas comunes (Egretta garzetta), unas cuantas, me extrañó no verlas con las garzas reales, hacía mucho tiempo que no fallaban en Zeluán.











Y eso fue todo, me costó un mundo pero mereció la pena.






2 comentarios:

  1. Las salidas cuando se está un tiempo sin poder hacerlas se viven de una manera especial. Un placer contar de nuevo con las maravillas de Zeluán, contadas por ti, yo creo que lo son por su diversidad. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Suena a tópico tremendo, pero virgencita, virgencita...

    ResponderEliminar

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.