domingo, 12 de febrero de 2012

Anillando vuelvepiedras: "el estreno".

Llevo una temporada enviando datos a anilladores y colaborando en los proyectos en los que se sustentan, pero la verdad es que lo desconocía todo sobre la técnica del anillado en sí, así que cuando César, de MAVEA, me invitó a ver el trabajo del equipo del grupo de anillamiento torquilla con los vuelvepiedras (Arenaria interpres) de Gijón, no me lo pensé ni un minuto, y a pesar del madrugón (salí aún de noche de casa) y el frío (agudizado por la inmovilidad), debo decir que lo pasé pipa, y disipé las dudas y temores que tenía respecto a lo que hacen los anilladores con las aves: podemos estar tranquilos, o al menos con estos señores (y señora), sí.
Lo 1º fue ponerles un buen cebo para que cayesen en las trampas (unos nudos corredizos sujetos a unas líneas sujetas por piedras, todo bien camuflado).

Cómo no, el alimento favorito fueron los "gusanitos" de maíz, a los que no se pueden resistir, parece que las gaviotas de Delaware no están solas en este vicio...




Una vez cargada la zona de ricas golosinas, llegaron los vuelvepiedras, había más de 40.
Al principio, expectantes, los vuelvepiedras son unos bichos muy listos y muy difíciles de engañar.




Pero el hambre apretaba y la tentación era grande, y poco a poco fueron entrando a la zona de los gusanitos.









¡Y cayeron en la trampa! En concreto, 2. Una vez atrapados, en menos de 1' se libraba al animal del nudo con sumo cuidado y se le introducía en una bolsa de rafia natural para que no se pudiese dañar y tranquilizarlo.








Con gran maestría se le sujetaba, una vez fuera de la bolsa y de manera rápida pero eficaz se le medía (pico, peso, ala, edad, cantidad de grasa acumulada, etc...), y se le inspeccionaba el aspecto general y el estadío de desarrollo.

Se apuntaba todo ello.




Cada movimiento, bien estudiado y sin improvisaciones.

Se preparan en equipo las anillas que se le pondrán, se canta el número de anilla, se apunta de nuevo para evitar confusiones.






1ª anilla, la metálica, con un nº general.











La fase que yo más temía resultó incruenta, y muy bien medida: imposible hacer daño al colocar la anilla en la pata.



Y la 2ª anilla, la de plástico, en este caso azul, que será el código particular de este grupo de anillamiento en concreto.










Como se ve en la foto, la anilla ni aprieta ni daña la delicada patita del bicho.









Y nada, ya solo quedaba la foto para la ocasión, el animal en ningún momento picaba, se violentaba o daba la impresión de agonía.







Pues se liberaron a los 2 protagonistas de la mañana, sin novedad. Nos comentaron los anilladores que es muy difícil capturar a estos malandrines, que ya se las saben todas, y que llegar a anillar a 2 en una mañana ya era un éxito.









Y es que, aunque estuvieron rondando, al final, los 50 ejemplares por la zona, andaban de un lado a otro sorteando las trampas.






Toreándonos vilmente, vamos...











Finalmente, el desastre: una gaviota reidora (Larus ridibundus) entró en barrena a por los gusanitos, cayó en un nudo y montó un buen escándalo.






Aunque solo duró unos segundos, porque la gaviota era grande para el nudo y enseguida se zafó la pata y voló, llamó la atención de los vuelvepiedras, que demostraron un comportamiento extrañísimo: en vez de huir, se acercaban a la víctima del lazo, no importándoles la presencia muy cercana del anillador.








¡Qué curioso! Aunque sería humanizarlos en exceso, se parecían a los conductores que paran en la autopista para ver el accidente que hay en la cuneta...y que al final acaban causando otro accidente por despiste.


Se quedaban parados viendo al ave infortunada, como hipnotizados.
¿Morbosos?

Al final, tanto espectáculo acabó por mosquear a los inteligentes vuelvepiedras, que se marcharon tan panchos a otro sitio, incluídos los 2 incautos que de ahora en adelante portan una anilla.

(Esta foto es de César álvarez Laó).



¡Si veis algún vuelvepiedras anillado comunicadlo al grupo torquilla, o a mí, o a alguien que sepáis que manda datos de anillamiento, cada dato es un tesoro, y visto lo complicado que es el proceso de anillamiento, más aún!

Pues nada, sería pueril y acientífico pensar que no puede haber fallos, o que todos los anilladores sean tan profesionales y eficaces como los que aquí os presento, pero desde luego, si la técnica se hace tal y como yo lo vi esta mañana, es SEGURA, INOCUA y RÁPIDA. Es mi opinión, y si hay problemas, es que no se hace bien, y debería mejorarse, como todo en esta vida, todo es perfeccionable.

Y si el objeto científico del proyecto de anillamiento es necesario, en mi humilde opinión, es compatible con la tranquilidad del ave.



6 comentarios:

  1. Muy interesante ,seguro que te lo pasaste en grande.
    Un saluduuu.

    ResponderEliminar
  2. Fue muy entretenido, pero hacía tiempo que no pasaba tanto frío...

    ResponderEliminar
  3. Hace unas semanas encontré alguno anillado por la zona y contacté con ellos, buena gente.
    un saludo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí que lo son, Juan, y tenías que ver el curro que lleva aquello, el madrugón y las carreras que se pegan para que el bicho no sufra. La verdad es que son gente digna de admiración.

      Eliminar
  4. Gracias Iván por una descripción tan bonita de lo que hacemos.
    Ya sabes que estás invitado a venir cuando quieras.
    Un saludo de Torquilla

    PALOMA

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a vosotros por aceptarme a vuestro lado, espero no haber molestado demasiado, lo pasé muy bien y asistí al proceso de anillamiento con la boca abierta.
      Un saludo.

      Eliminar

Me encantan tus comentarios, y además los necesito, pero para evitar los ataques de orcos, trols y pesadiellos, me veo obligado a moderar. Si formas parte de la buena gente, tu comentario saldrá seguro.