martes, 17 de enero de 2012

Nos quedan las aves (Año 1.974)

Hola, hoy tuve un día laboralmente nefasto, vosotros me comprenderéis, uno de esos días en los que vuestros jefes, que son una nulidad, analfabetos funcionales, corruptos, injustos, atrasados, carpetovetónicos, y hasta feos os vienen a decir que sí, que la manera que tienes de trabajar es muy buena, pero que realmente hay que tratar a la gente como al ganado y estabular cuantos más mejor, para reducir el déficit, y bla, bla, aunque eso signifique gastar el triple en bajas, indemnizaciones y minusvalías no resueltas.
Y es que todo sea por cobrar su bonus, señores jefes que leen estas líneas...

Pues nada, mañana es posible que vuelva a huir a otro curro (como hago cíclicamente) antes que doblar la cerviz (eso nunca), y de nuevo echar por la borda las cada vez más difíciles aspiraciones a promocionar, duro lo tenemos los que ni somos pelotas ni nos callamos la boca, así que no tengo ganas de meter una entrada, pero por casualidad, rebuscando en el disco duro, vi unas fotos de cuando era pequeño que había escaneado hace ya años, y aquí os dejo esto que me encontré, que en este día de mierda es lo único que me ha hecho reirme un buen rato.

Año 1.974, ya ni me acordaba, peropor lo visto...siempre acabo en el Parque de Isabel la Católica...

2 comentarios:

  1. Yo creo, tal como son ellos, que ese insulto de feos es lo que más les puede ofender. El resto de improperios los verán con orgullo.
    Suerte.

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  2. Hola, César, tienes toda la razón, todos deberíamos darnos cuenta que lo que tenemos por encima no es lo mejor, es lo que mejor le conviene a...(póngase lo que a cada uno se le ocurra).

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