jueves, 15 de septiembre de 2011

Más limícolas por el Rinconín

El domingo 11 de septiembre me fui de nuevo al Rinconín, en la playa de San Lorenzo de Gijón, a buscar aves. Enseguida las encontré, muy activas, pero como suele suceder, muy mansas.
Los 1os que se suelen acercar, confiados, son los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula). En este caso, los que pasaron delante de mi cámara fueron todos juveniles, con ese borde clarito que da aspecto escamoso al plumaje.









Aunque no se acercaron tantísimo como en la entrada de Bañugues que os voy a poner en unos días, donde llenaban todo el espacio del encuadre de las fotos, sí se acercaban lo suficiente como para ver detalles extremos de su anatomía, por ejemplo, las pequeñas membranas entre los 2 dedos externos, que falta en los internos. Este detalle diagnóstico, que lo diferencia del muchisísimo más escaso chorlitejo semipalmeado, que tiene todos los dedos con buena membrana, y del chorlitejo chico, sin membrana, solo se puede ver a esta corta distancia.

Son unas aves que a veces pienso que siente algún tipo de curiosidad por los humanos, porque si te quedas quieto no es que sean indiferentes (que ya es una maravilla para observarlas), es que se te acercan como diciendo "y esto qué narices es".

También había varios correlimos comunes (Calidris alpina). Este pequeñajo puede presentar unos 6 ó 7 plumajes distintos, calculando así rápidamente, lo que a veces te hace volverte un poco loco. Por ejemplo, la siguiente foto es de un típico juvenil que está lentamente pasando a 1er invierno.

Sin embargo, cuando vemos al siguiente individuo, con el cuello largo, ceja blanca amplia, pico más curvado de lo normal, y aspecto más estilizado y elegante, a uno se le pasa rápido por la mente el correlimos zarapitín juvenil. después de darle unas vueltas, creo que es un correlimos común juvenil, con una mezcla de plumas en transición.







El color crema del cuello y el porte son de zarapitín, pero esas manchas negras difusas que bajan hasta el vientre no cuadran y lo sitúan como correlimos común casi con valor probatorio.














Sea como sea, una preciosidad.








Y no hay que olvidarse de los vuelvepiedras (Arenaria interpres), celosos porque, de puro acostumbrarnos a ellos, les hacemos poco caso.





Luego busqué entre las gaviotas, pocas, y es que están casi todas en el Superpuerto vacío de barcos, y de gente, se van todas para allí, y allí no nos dejan pasar a los ornitólogos...así que las que se quedan en la playa, cada vez menos.
Alguna guapa gaviota sombría (Larus fuscus).










Bastantes gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), como la centrada de 3er invierno, y la que está detrás, que por un momento la creí argéntea.





No faltó un puñadín de gaviotas reidoras (Larus ridibundus).











Con tan pocas gaviotas disponibles, pocas anillas que leer, la única con anilla, metálica, esta sombría, imposible descifrar el código a esta distancia.

Bueno, ya llegarán...

1 comentario:

  1. Tenemos las mismas fotos de Zarapitin ó común,he leido tu gracioso comentario, por cierto muy bueno en cuanto en lo que a ti te vuelve un poco loco,a mi me vuelve loco entero y mas indeciso,simplemente es esto,gracias.

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