lunes, 12 de septiembre de 2011

Cotorras de Kramer en el Parque de Isabel la Católica


Resulta un pequeño misterio el saber de dónde salen las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) que sobrevuelan el extrarradio de la ciudad de Gijón.














Desde el día que las sentí por primera vez siempre me llamó la atención cómo se las arreglaba un ave tropical para sobrevivir al invierno gijonés, que sin ser siberiano, tiene días con heladas, y no ofrece demasiado alimento a una cotorra.
Pero parece que contra todo pronóstico, no solo salvan el invierno con soltura, sino que además se reproducen bastante bien, porque cada año se ven más.





El día 3 de septiembre de 2.011 estaba intentando sacarle unas fotos al porrón europeo macho (Aythya ferina) que se quedó veraneando en el parque (algo tampoco muy habitual), cuando escuché los gritos, no muy discretos, de un grupo de cotorras sobre mi cabeza. 
La bronca era grande, saltaban de rama en rama, lo que provocaba la caída, ya de por sí masiva, de castañas de Indias.



Me armé de valor (ya sería la 2ª vez que me cargo el teleobjetivo este verano), y haciendo caso omiso del bombardeo, intenté tirarles unas fotos curiosas, algo imposible, ya que estaban en sombra, entre ramas, y tenían el mismo color que las hojas (y no se paran quietas), así que lo que me salió fue una serie de fotos malas, que tienen el único interés de ver que en todo momento estaban pendientes del humano que les echaba las fotos, a juzgar por sus caras de curiosidad.









No tengo nada personal contra ellas, pero este no es su sitio, lo siento, chicas.










Por lo demás, las 1as gaviotas llegan al parque, algunas ya famosas, como la gaviota sombría (Larus fuscus) “anillada” con un hilo rojo de poliéster, lo que la hace inconfundible.









Se unen a ellas otras nuevas, como este juvenil.










O como esta adulta, impasible ante los flashes.











Por lo demás, sigo sin saber si algunas de las anátidas que aparecen de vez en cuando por el parque son introducidas o salvajes, como este tarro blanco (Tadorna tadorna), juvenil, que no sé si es “de lata” o si viene de sus colonias norteñas.








Termino con una foto cercana de una tórtola turca (Streptopelia turtur), otra invasora que vino de lejos para quedarse en nuestras tierras.


Y por lo demás, poca cosa, esperando el invierno y sus visitantes alados.

4 comentarios:

  1. Ni idea de las Cotorras, sabía que se están propagando por muchas ciudades pero desconocía las de Gijón, es lo que tiene el tráfico de animales exóticos.
    En la publicación “Aves del Parque…” se dice del Tarro blanco que: “Los individuos que se ven durante todo el año son introducidos, lo que no implica que en la invernada puedan observarse ejemplares silvestres” Supongo que los del Parque tienen anilla, pero en el agua difícil de ver.
    Saludos

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  2. Gracias por la aclaración, Miguel, es que hay patos en el parque (por ejemplo, lo coloraos, que uno nunca sabe).
    Las cotorras son muy simpáticas, pero como los plumeros que lo están invadiendo todo en cuestión de semanas: si los dejas se te meten en casa hasta la cocina.

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  3. Hola Iván, me encanta tu declaración de intenciones y la selección de enlaces, de pájaros no entiendo mucho pero tus fotos me parecen preciosas, me considero "buena gente más o menos" así que espero que me dejes acceder...
    Un saludo

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  4. Gracias, encantadísimo de que te guste, estás invitada a pasarte, y a quedarte, por supuesto.

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